La isla de las tentaciones acabó hace unas semanas con el reencuentro entre Montoya y Anita. Tras echarse en cara muchas cosas y ver las imágenes pertinentes, Sandra Barneda se vio obligada a cortar la hoguera: «No vais a llegar a ningún entendimiento».La pareja lloró, pero también sacó una conclusión clara: no debían continuar la relación. «He encontrado el amor en mí mismo, así que me voy solo», anunciaba Montoya. Por su parte, Anita quiso irse con Manuel, el tentador con el que había sido infiel.
«Voy a abandonar solo, Sandra, pero quiero decirle a ella que fuera de aquí lo voy a intentar. Creo que tienes que sanar muchas cosas y yo también tengo que aclararme la cabeza», contestó Manuel, dándole la patada a la joven. «Qué rápido», se sorprendió ella. Sin embargo, ahora, semanas después de emitirse ese veredicto, y convertidos los tres en protagonistas de otro reality, Supervivientes, una información podría dar una giro inesperado a la historia vivida entre Anita y Manuel.
Según ha destapado este domingo Fiesta, el entorno más cercano de Anita ha sacado a la luz una serie de conversaciones, a través mensajes de WhatsApp y notas de voz, en los que se demostraría que el andaluz quiso volver con ella.
Según una redactora del programa, Anita habría dejado todo esto muy bien atado antes de marcharse a Supervivientes porque no estaba dispuesta a seguir quedando como «la mala de la película»: «Quiere «demostrar que ella dice la verdad y que son los demás los que mienten».
«Uno de los mensajes que más me han impresionados son unos mensajes donde Manuel le dice a Anita que por favor le perdone por lo que pasó en la final de La isla de las tentaciones, que todo lo que sintió dentro del programa fue real. Le dice que, por favor, vuelva con él porque él no puede estar con otra chica que no sea Anita…», ha contado Laura Castro, que asegura que una amiga de Anita le ha enseñado estos mensajes que pueden salir a la luz próximamente.
«Yo lo que le digo a la gente es que se prepare, que esta historia puede dar un giro de ciento ochenta grados y que ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos», ha rematado la redactora.
