Tras enviar una carta a Pablo Motos en la que calentaba el ambiente de cara al estreno –«Estoy un poco nervioso porque me he venido a vivir al barrio de los mayores, enfrente de ti», aducía- Jorge Javier Vázquez se ponía ante las cámaras tras 117 días de ausencia. Lo hacía de riguroso negro y muy sonriente. (Pulsa aquí para ver cómo Jorge Javier cuenta un secreto terrorífico que le contó Rosa Benito y que demuestra su maldad).
«Qué contento estoy, de verdad, pensaba que esta vez no lo contaba. Estoy muy feliz de estar en este plató tan oriental, tan milenario, tan chino, tan rojo… Bueno, basta ya que vengo muy aprendido. Por primera vez voy a hacer caso a mi padre que me decía que no me metiera en política. Y no me voy a meter, seguro», avisaba al personal nada más arrancar ‘Cuentos chinos’.
El primer invitado era él. «Estoy muy nervioso y es buena señal porque hace mucho tiempo que no lo estaba en televisión», indicaba el presentador que recibía a Susi Caramelo en el plató de mil metros cuadrados. «Cabe hasta tu ego», bromeaba la cómica. La pareja charló sobre el letargo del comunicador. «El 18 de mayo acabé en urgencias en un hospital por una subida de tensión. Me di cuenta de que había que parar. Todo el mundo sabe que en esta empresa se ha producido una transición que fue especialmente dolorosa para mí, por muchas razones que todos saben», explicaba.
Vázquez continuaba con su argumentación. «He pasado por muchos estados de ánimo: tristeza, rabia, ira, desencanto… Durante la baja médica fui capaz de atar cabos y de ver qué ocurrió y quienes participaron en que eso sucediera. Lo sé perfectamente. No olvido, pero tengo que decir que vuelvo sin ningún tipo de ánimo revanchista», comentaba. Y apuntaba al responsable de su regreso: «Vuelvo por el apoyo que me ha brindado Alessandro Salem, el consejero delegado de Mediaset».
El mensaje de Jorge Javier no evitaba las pullas a quienes han ocupado el lugar que dejó huérfano ‘Sálvame’. «Vengo con una única misión: hacer lo que sé hacer, entretener. Vengo a trabajar y lo único que pido a la gente que no trabaja es que al menos no enrede. He visto mucho la tele y si fuera alguno de los colaboradores que han trabajado este verano en televisión estaría temiendo porque probablemente vayan a la cárcel por aburrir a la audiencia de esa manera», espetaba.
Pese a advertir de que iba a obviar comentarios políticos, Vázquez vaciló sobre el tema con Anabel Alonso, otra de las colaboradoras del programa. «Comunista», gritaba él. «Rojo», atizaba ella. Y ambos abordaban los comicios estivales. «Voté por correo y estoy muy contento por el resultado. Resulta que gané. Ahora, como soy un gran comunicador, la gente puede pensar que voté por Feijóo porque ganó las elecciones o por Sánchez porque ganó el bloque progresista. He vuelto muy ambiguo, charcos ni uno», sorteaba anunciando que ya han cursado invitación a ambos líderes para que acudan al show. «Les esperamos aquí calurosamente», brindaba.
Señala a Ana Rosa Quintana
No faltó una pulla a Ana Rosa Quintana. «Si te invitara a su programa vespertino, ¿irías?», preguntaba Alonso. «Tengo que decir que a mí todavía no me ha llamado, pero si esto fuera una novela de misterio te diría que aún no me siento con fuerzas para visitar el lugar del crimen», zanjaba el periodista.
