«Ha sido un camino muy duro pero muy bonito, muy sanador y muy satisfactorio», así resumía Rocío Carrasco los dos últimos años de su vuelta a televisión en los que, de la mano de la productora La fábrica de la tele, ha desgranado sus vivencias en las docuseries ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva‘ y ‘En el nombre de Rocío‘. En marzo de 2021 se emitía el primer episodio de su historia en el que contaba su versión sobre su relación con el padre de sus hijos, Antonio David Flores, y las devastadoras consecuencias psicológicas que había tenido para ella.
En la noche del lunes, se emitía el último capítulo de este recorrido por su vida y la de su madre y se volvía a poner el foco en el exguardia civil, esta vez a través del testimonio de Cristina Cárdenas, que se reencontraba con su amiga de juventud más de 25 años después. (Puedes ver aquí como Rocío Carrasco deja a todos con un nudo en la garganta en su despedida final)
Cristina no tuvo pelos en la lengua: «Es un maltratador y un psicópata», dijo sobre el padre de Rocío y David Flores. «Llevo 26 años diciéndolo, poniendo mi cara, dando mi nombre, mi testimonio. No me escondo. Y él nunca me ha denunciado, porque si lo hiciera, yo podría demostrar que tengo razón y se le habría acabado el negocio», aseguró. (Entra aquí para ver como Jorge Javier hace llorar a Rocío Carrasco con su discurso de apoyo más emotivo).
Y es que esta no ha sido la primera vez que hemos visto a la madrileña contar alguno de los episodios que vivió durante el tiempo que compartió con la pareja. En una entrevista con Emma García explicó un momento de maltrato vivido en que «la empujó contra el mueble, se cayeron las estanterías… Todo lo que había». «Se le abrió la herida del accidente», precisó, en referencia a las secuelas que Rocío Carrasco tenía de un percance en moto. «Yo le veía la cara a David, mordiéndose la lengua, y le estampaba la cabeza contra la mesa de cristal», recordó en aquella ocasión.
Cristina dijo tenerlo todo grabado en una cinta de la que Rocío nunca ha sabido nada. Una grabación que jamás ha salido a la luz por recomendación legal: «Mi abogado me ha pedido que solo lo haga en sede judicial cuando llegue el momento, de otra forma perdería su valor como prueba. Porque esa cinta se grabó en mi casa, yo soy la testigo y, por lo tanto, soy yo la que debe aportarla al juez», explicó.