Imagínate celebrar tu cumpleaños en plena noche de Halloween, rodeado de amigos, risas y disfraces. De repente, un grupo de desconocidos te lanza insultos por tu orientación sexual y, cuando te quedas solo un segundo, te dan una paliza que te deja el rostro irreconocible. Eso le pasó a un ganador histórico de Gran Hermano, el más joven en levantar el maletín del programa.
Cameron Cole, el chaval que en 2018 entró con 19 años en la casa de Big Brother —sí, la versión británica del reality que tantos seguimos en España— y se convirtió en un icono al salir del armario ante millones de espectadores, ha compartido este fin de semana imágenes que quitan el aliento: ojo morado e hinchado hasta cerrarse, cortes profundos en nariz y labio, moretones que cubren medio rostro como si hubiera pasado por un ring.
“Empezaron con insultos homófobos en el local. Me separé un momento de mis amigos y me atacaron sin piedad. Esto no es solo sobre mí: es un ataque directo a toda la comunidad LGTBIQ+”, escribió Cameron en su Instagram (@ccole_99) el 1 de noviembre de 2025.
El amigo que también pagó el precio
No fue el único. Uno de sus amigos, conocido como “CARZ”, recibió golpes del mismo grupo mientras intentaba defenderlo. “Gracias por cuidarme, llevarme a casa y no dejarme solo en lo peor”, le dedicó Cameron en un segundo post donde, entre lágrimas de gratitud, agradeció el aluvión de apoyo que ha recibido desde entonces.
“Estoy herido, pero sigo aquí luchando. Esto me motiva a pelear por todos nosotros.”
— Cameron Cole
De la casa de Guadalix a las calles de Londres
Para quienes siguen Gran Hermano en España, Cameron es un nombre que resuena en el mundo de los realitis en Inglaterra. Ganó Big Brother UK 2018 con el voto del público, se llevó el premio gordo y, sobre todo, rompió moldes al confesar su homosexualidad en directo. Se convirtió en referente para miles de chavales queer que veían en él la prueba de que se podía ser visible y ganar.
Pues la fama tiene un precio. Ya en 2019 denunciaba insultos diarios en redes y en la calle. “Nunca los reportaba porque pensaba que no serviría de nada”, confesaba. Este ataque es el más grave hasta la fecha: violencia física explícita, motivada única y exclusivamente por ser gay.
El contexto que no podemos ignorar
Los números son escalofriantes: los crímenes de odio contra personas LGTBIQ+ han aumentado un 20 % en 2025 en Reino Unido, según datos oficiales de la policía. Organizaciones como Stonewall y LGBT Foundation han convertido el caso de Cameron en altavoz para recordar que la homofobia no es “opinión”: es un delito que destroza vidas y que, en España, también vemos en titulares demasiado a menudo.
Reacciones que inundan redes y medios
- Ex-concursantes de Big Brother UK como Akeem Griffiths le han mandado mensajes públicos: “Espero que estés bien, hermano”.
- Medios británicos como BBC, PinkNews, Attitude y hasta Daily Mail han cubierto la noticia con portadas que no dejan lugar a dudas.
- En X (Twitter), #StandWithCameron y #EndHomophobia han sido tendencia durante días, con miles de posts compartiendo sus fotos y llamando a la acción.
- Incluso el consejo local donde Cameron vive está revisando si el ataque merece medidas comunitarias.
¿Y ahora qué?
A día de hoy —9 de noviembre de 2025— no hay detenidos. Cameron ha confesado que, con ayuda de amigos y familia, está valorando presentar denuncia formal ante la policía. Sabe que el proceso será largo y doloroso, pero también que callar no es una opción.
Cameron Cole no es solo “el ganador joven de Gran Hermano”. Es un símbolo vivo de que la visibilidad tiene un coste, pero también un superpoder: el de no agachar la cabeza.
Porque cada puñetazo que recibió esa noche en Londres fue también un puñetazo a la idea de que “ya está todo ganado”. No lo está. Ni en Reino Unido, ni en España, ni en ningún lado.
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Porque si algo nos enseñó Cameron en la casa —y ahora en la calle—, es que salir del armario no es el final: a veces, es solo el principio de la batalla.

