Ana se hizo popular al participar en la polémica docuserie ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva‘, que emitió Telecinco. «Fue Anais la directora, la que me llamó en el segundo episodio. Yo tenía todos los prejuicios que tenía la sociedad sobre Rocío Carrasco, pero cuando la escuché, tuve claro que su comportamiento era el de una situación de violencia de género«
Recuerda estar muy nerviosa en plató la primera, pero si lo hizo fue porque «estoy convencida de que los medios de comunicación pueden salvar a muchas mujeres, en esa función espejo que pueden cumplir, y la necesidad de ocupar espacio en los medios«. (Pulsa aquí para ver El emotivo apoyo de Fayna a Rocio Carrasco tras intentar enfrentarlas).
Lo que más le dañó personalmente fue el rechazo de muchas compañeras feministas que sintió que le dieron la espalda. «En el programa tres muchas nos fallaron, pero cuando vieron que funcionaban todo el mundo se quería apuntar. Me tiré a la piscina lo que nunca pensé es que me iba a quedar hasta el final y me dio seguridad poder trabajar con una compañera feminista, a pesar de que me sentaba en un plató donde todo el mundo me miraba mal«, reivindica.
Sobre si pudo influir en la causa judicial que Rocío Carrasco fuera famosa lo tiene claro: «Pienso que sí, que, si en vez de poner su nombre hubiese puesto otro, a lo mejor, no digo que sí, porque hay centenares de mujeres anónimas que están batallando ante la justicia y les archivan sus casos y han recibido sentencias absolutamente machistas. No porque el hecho de ser anónima le hubiese garantizado nada, porque hay muchas que están en la misma situación, pero en su caso en concreto ser famosa le ha perjudicado. La justicia es neutra pero interpretativa y cada uno va con su bagaje, su ideología, sus prejuicios. Y por muy imparcial que se quiera ser, hay frases que cuando lo analizas, te das cuenta que hay algún juicio de valor«.
El hecho de que Rocío haya roto el silencio dice Ana no ha sentado bien a mucha gente de la prensa y del entorno que habla en los platós de televisión. «Esto es muy duro pero a más de uno le hubiese gustado que Rocío se hubiera muerto cuando intentó suicidarse. A muchos les hubiera venido genial, pero Rocío vivió y ha hablado y eso duele«.
Quiere dejar claro algo que muchos piensan y es que »Yo no he ayudado a Rocío Carrasco, yo explique lo que le había ocurrido. La vida no se la he solucionado, no le arregle nada, la que ha hecho el proceso de recuperación es ella«.
Asegura haber pagado un alto precio por su implicación, aunque lo volvería hacer porque ha servido para ayudar a muchas mujeres. «Dentro del alto precio físico, psicológico, e incluso de salud que he llegado a pagar por el programa de Rocío, al fin y al cabo, es con lo que me quedo. Porque todavía siguen insultándome en las redes sociales y como me dicen algunos quieren violarme, quemarme y trocearme a la puerta de la universidad, sé que nunca lo van a comprender«, denuncia. (Puedes ver aquí la emotiva carta de «Libres de violencia vicaría» a Rocío Carrasco).