«Este programa es de rojos y maricones». La frase es de Jorge Javier Vázquez durante una de las entregas de Sálvame en el confinamiento del 2020 por la pandemia. El espacio social vivió uno de sus enfrentamientos más tensos a costa de la crispación política. Por un lado, Antonio Montero cuestionando que el exvicepresidente Pablo Iglesias viviera en un chalé. (Entra aquí para ver como Jorge Javier cuenta un secreto terrorífico que le contó Rosa Benito y que demuestra su cara más oscura).
Por otro lado, Jorge Javier Vázquez explotando. «El discurso de Vox, aquí no», exclamó. Semanas más tarde, una situación similar entre Belén Esteban, muy crítica con la gestión económica y social del Gobierno con el coronavirus, y el presentador, más favorable a la izquierda, volvió a tensar la emisión de un Deluxe. La política invadió sin quererlo, en una época de sequía informativa en la crónica rosa, el que es el programa estrella de Telecinco.
Ahora, con la marcha de Paolo Vasile y la llegada Alessandro Salem como consejero delegado de Mediaset, el grupo de comunicación quiere poner límites a los contenidos de sus programas de entretenimiento. El consejo de administración de la compañía aprobó un nuevo código ético para todos los trabajadores de la empresa, incluidos los presentadores y colaboradores de las productoras de confianza. Los nuevos responsables de Telecinco y Cuatro quieren que los formatos de entretenimiento hablen exclusivamente de entretenimiento. La política solo se abordará en los espacios de actualidad o informativos de la cadena.
En concreto, según adelantó el diario El Mundo, las nuevas normas de la empresa cuentan con el punto Principios rectores en programas de entretenimiento que ordena, con claridad, que los presentadores y colaboradores de este tipo de formatos «deben abstenerse de emitir opiniones, preferencias o comentarios políticos en el seno del programa». El otro gran magacín de la cadena, El programa de Ana Rosa, sí podrá comentar y opinar sobre política, pero solo en la sección específica de actualidad que se emite a primera hora de la mañana.
El código ético de la compañía también establece otros puntos que afectan directamente al discurrir diario de Sálvame. Por ejemplo, se pone freno a las salidas de plató y abandonos habituales «sin causa justificada» de presentadores y colaboradores en directo. De hacerlo, «se tendrá por definitiva a efectos contractuales».
También se quiere impedir la guerra entre las productoras de confianza y los programas de la propia cadena, como ha ocurrido entre Sálvame (La Fábrica de la Tele) y El programa de Ana Rosa (Unicorn Content) a raíz de la docuserie de Rocío Carrasco y también en Fiesta, con una de sus reporteras, Marta Riesco, la pareja de Antonio David Flores, que llegó a citar al presidente de Mediaset, Borja Prado, en una disputa en directo con Cristina Porta, colaboradora del espacio de Jorge Javier. El incumplimiento de estos principios se considerará «falta laboral» sancionada como tal.
Las nuevas normas internas en Mediaset vienen sucedidas por un cambio inaudito en los contenidos de la información del corazón, donde se ha puesto coto a los personajes populares que han estado retroalimentando los programas de la cadena en la última década. Así, Telecinco ordenó terminar con la presencia de una larga lista de famosos en sus espacios (Rocío Carrasco, Antonio David Flores, Fidel Albiac, Olga Moreno, Rocío Flores, Marta Riesco, Gloria Camila, José Fernando, Rosario Mohedano, Rosa Benito, José Ortega Cano, Kiko Rivera y Bárbara Rey). No se podrá hablar de ellos ni emitir imágenes suyas, a excepción de que haya un hecho suficientemente noticiable. (Pulsa aquí para ver La gran bronca de Jorge Javier a Raquel Mosquera defendiendo a muerte a Rocío Carrasco).
