La entrevista de Rocío Flores en ¡De viernes! no solo ha dado que hablar por su contenido, sino también por cómo acabó el propio programa. Y es que, cuando ya se cerraba la noche, la presentadora Bea Archidona lanzó una frase que muchos interpretaron como un intento de quitarse presión de encima: “No pretendemos reescribir la historia”.(Pulsa aquí para leer este artículo «Put*, eres una maltratadora!» El adoctrinamiento al odio de Rocío Flores recogidos en la sentencia).
Una declaración que no pasó desapercibida y que, más que aclarar, sonó a reculón en toda regla. Porque mientras las redes ardían a favor de Rocío Carrasco y contra el “blanqueo” a su hija, la presentadora pareció dar un paso atrás, como asustada por el tsunami digital que se había formado en cuestión de minutos.
🔥 Redes sociales en pie de guerra
Si uno se da una vuelta por X (antes Twitter), la tónica es clara: rechazo masivo a la imagen que se quiso proyectar de Rocío Flores. Los comentarios hablan de blanqueamiento, de infantilización de una mujer de 29 años y de un relato “mal contado”.
Un ejemplo lo resume bien un usuario: “Archidona dice que no pretenden reescribir la historia. No, lo que os gustaría es borrar la historia real”. Directos y contundentes. Y no se quedaron ahí: otro de los mensajes más compartidos decía que “hoy ha muerto el último ápice de dignidad que podía tener Telecinco”.
📺 El temor de la presentadora
Archidona, que conduce el formato junto a Santi Acosta, vio el panorama y se desmarcó con esa frase que sonó más a defensa que a conclusión editorial. Porque si algo quedó claro anoche es que el clima en redes estaba totalmente volcado hacia un lado: Rocío Carrasco recibía un respaldo casi unánime, mientras que la versión de Rocío Flores levantaba sospechas y rechazo.
Ese desequilibrio en la conversación digital dejó al programa en una posición delicada, y quizá por eso Bea optó por suavizar con una frase que, lejos de calmar, terminó confirmando la sensación de que el equipo se había visto desbordado.
✍️ Un cierre que deja dudas
El contraste entre lo que se vio en pantalla y la reacción del público fue tan evidente que la coletilla final de Archidona se convirtió en la guinda: un intento de aclarar que no se está manipulando nada, pero que sonó más a miedo escénico que a otra cosa.
Al final, lo que queda es la sensación de que el programa buscaba dar un golpe de efecto con la reaparición de Rocío Flores, pero la jugada se les volvió en contra. Y lo peor es que la última palabra de la noche fue un “no reescribimos la historia” que, para muchos, sonó a confesión de parte.


