La noche de Marieta en La isla de las tentaciones comenzó con un profundo disgusto al ver a Álex, su novio, teniendo sexo con Gabriela. La joven, que también había comenzado un acercamiento con Sergio, uno de los solteros que la pretende, no daba crédito con las imágenes. «Qué asco y qué vergüenza, es el primer chico que presento en mi casa. Y ese es el chico que le está comiendo las tetas a una«, espetó indignada. (Puedes entrar aquí para ver al ver a Marieta cuando tenia 18 años).
«Le está dando lo que yo no le doy: guarreo. No le he visto teniendo una conversación sentado en el sofá. Me da vergüenza que este señor se haya sentado en el sofá de mi padre«, lamentó, mientras Sandra Barneda le recordaba que ella también había empezado a tontear con un concursante. «Tú también te has dejado llevar», le dijo. «Ya, pero es que yo tengo una conexión. Sergio me escucha y nos entendemos con la mirada«.
Las imágenes continuaron y fueron a más. «Me cago en tu puta madre. Madre mía, qué vergüenza, Sandra, es que no te puedo mirar ni a la cara. Esto lo va a ver la gente, no ha ido ni despacito, de primeras lo ha dado todo«, protestó. «¡Es que es un facilón!«, gritó Marieta, que tenía muy claro que Álex había dado ese paso después de ver su beso con Sergio. «Acción- reacción. ¡Y yo parándome! Yo no me he puesto a guarrear delante de todos. Si lo he hecho, lo ha sido en mi cama. Y encima he hecho poco», comentó antes de un comentario lapidario: «Le ha hecho lo mismo que me hace a mí, el mismo polvo«.
Las imágenes conmocionaron a las chicas y especialmente a Marieta, que al llegar a su villa siguió con su acercamiento a Sergio, el chaval con el que había empezado a tontear días antes. La tensión con él fue en aumento y acabó explotando durante una de las fiestas que organizaron.
Después de bailar juntos, Marieta propuso al joven ir a la habitación. «Vamos al cuarto. Creo que es el momento perfecto, ya te lo digo yo«, le dijo. «Vamos a hacer el amor. Yo quiero hacer el amor«, insistió. Al rato, Marieta y Sergio se metieron en la cama, mientras sus compañeros disfrutaban de una fiesta que se vio interrumpida por los gemidos de Marieta. «¡Subid el volumen de la música!», dijeron al escuchar a su compañera. «¡Ay, que me quedo ciega!«, exclamó ella en el último momento de su apasionado encuentro con Sergio.