Gran Hermano ha vuelto y lo ha hecho con un casting muy completo que ya ha comenzado a generar conflictos. Tan solo llevan cinco días de convivencia y ya han estallado las primeras rencillas que se han revelado en las primeras nominaciones. Y una de las tramas que ha conquistado a todo el público ha sido el enfrentamiento entre Vanessa y Maite. Sus personalidades son tan fuertes que rápidamente han protagonizado tramas de todo tipo por lo que no era de extrañar que las dos salieran entre las nominadas.
Sin previo aviso, Jorge Javier Vázquez conectaba con la casa. Y sin ningún aviso, comenzaba la luz roja sin que nadie sospechara. «Entra alguien», decía Vanessa aplaudiendo, hasta que escuchaban la fatídica frase. «La audiencia ha decidido que debe abandonar la casa… ¡Vanessa!». Una decisión que pillaba por sorpresa a todos. «Qué bajón», decían todos mientras que la cantante no podía todavía asumir la decisión. «No me lo esperaba, lo siento», le llegaba a decir Maite. «Esto no se hace… va a entrar y salir gente a punta pala. Hay que aprovechar el momento», decía Edi.
Con una media sonrisa, la cantante de orquesta escuchaba a Jorge Javier Vázquez confirmar la noticia: «No sabíais que hoy había dos expulsiones, algo que la audiencia sí sabía», añadía. Tenían que pasar varios minutos para que fuera consciente de lo que estaba ocurriendo: «Siento pena y tristeza pero da igual, sé que tengo gente fuera que me quiere», decía. Una de esas personas estaba a apenas unos metros de distancia de ella y le iba a ver en ese momento: su marido, Javier.
Entre lágrimas, Vanessa cruzaba la puerta de la casa secreta cuando su marido, el único que estaba en la casa pequeña en ese momento, se abrazaba a ella en medio de lágrimas. «¿Qué me estás contando? ¿Qué hago aquí? ¿Qué tal estás aquí?», preguntaba constantemente Vanessa mientras Javi no podía articular palabra de la emoción.
Minutos después, Vanessa se sinceraba y confesaba que su situación con Maite le había hecho la vida imposible: «Quédate aquí, Javi, yo me voy que esto puede conmigo». Una frase que luego rectificaba cuando Jorge Javier le confirmaba que seguía en el concurso: «Me vas a matar, me va a dar un ataque al corazón. Este es mi sueño».
El matrimonio era la primera vez en 13 años que se separaba más de una semana, lo que había hecho que la separación fuera muy dura en un principio. Sin embargo, en esta semana separados, Vanessa se había confesado con el Súper sobre las carencias que tiene en su relación, algo que no ha dejado indiferente.
«Tengo unas carencias con mi marido que le estoy dando muchas vueltas a eso… sé que nadie me va a querer más que él pero no es una persona afectiva, no es tan sexual como yo… nunca me ha dicho un ‘te quiero’ y me gustaría que se estuviera dando cuenta», confesaba al Súper llegando a pedir que entrara a concursar un italiano. Una reflexión que no se quedaba ahí: «Algo está cambiando en mi, la que se tiene que querer soy yo. Pero quizá le estoy pidiendo demasiado. No dudo que él me quiera pero ¿a qué nivel? Me da por pensar que es porque está acomodado».
Javier y Vanessa se lo montan delante de sus compañeros
Unas palabras que Vanessa le confesaba a Javi nada más llegar. «¿Te apetece vivir la experiencia con Javier?», le preguntaba el presentador. «Sí pero si puede ser con un italiano, mejor», bromeaba su marido. Y es que el cantante se lo había tomado con bastante deportividad aunque ya tendrán tiempo para hablar. Tras el breve desencuentro, llegó la pasión, y la pareja no dudo de montarselo con la archiconocida técnica del edredoning delante de sus compañeros. Este es el vídeo.